¡A vos, Elixir Sagrado!
Solo tu olor cercano penetra hasta las entrañas, la piel se eriza y la garganta parece encenderse en llamas. Las pupilas se dilatan y se frunce el seño, todo automáticamente, como un robot. El codo se dobla y la boca parece tener un imán que atrae deseoso aquel líquido celestial que pasa quemando todo a su paso: garganta, faringe, esófago y estómago. Los ojos empiezan a catapultar lágrimas y el cuerpo se escaramuza extasiado.
!Ay aguardiente!, Hacés bipolar a la gente, un día te aman y al otro te odian, sos el culpable de lo bueno y lo malo, sos motivo y excusa, unís y separás. La gente te busca para los sentimientos más terrenales: alegrías, emociones, tristezas, desamores y perdición, y todos comparten cuarto dentro de vos, como dice mi amigo Santiago Muñoz.
Desatás furor entre la gente, sos el centro de atracción y el alma de la fiesta. Sos la cura de tantos dolores, la pócima enigmática que hace abrazar a desconocidos, querer a quienes se odian, llorar a los más fuertes, reír a los amargados, bailar al arrítmico, hablar al hermético, besar al ajeno y de ahí para allá muchas cosas más.
Ya era hora de dedicarte unas líneas, quisiera decirte que me da mucha rabia aquellos que cobardemente te absorven de golpe sin disfrutarte, sin tenerte por más de tres segundos en sus bocas. Para mí sos mas que un líquido efímero que transporta a otra dimensión, para mí sos mi amigo, gracias por escucharme siempre tan transparente. ¡SALUD!.
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!Ay aguardiente!, Hacés bipolar a la gente, un día te aman y al otro te odian, sos el culpable de lo bueno y lo malo, sos motivo y excusa, unís y separás. La gente te busca para los sentimientos más terrenales: alegrías, emociones, tristezas, desamores y perdición, y todos comparten cuarto dentro de vos, como dice mi amigo Santiago Muñoz.
Desatás furor entre la gente, sos el centro de atracción y el alma de la fiesta. Sos la cura de tantos dolores, la pócima enigmática que hace abrazar a desconocidos, querer a quienes se odian, llorar a los más fuertes, reír a los amargados, bailar al arrítmico, hablar al hermético, besar al ajeno y de ahí para allá muchas cosas más.
Ya era hora de dedicarte unas líneas, quisiera decirte que me da mucha rabia aquellos que cobardemente te absorven de golpe sin disfrutarte, sin tenerte por más de tres segundos en sus bocas. Para mí sos mas que un líquido efímero que transporta a otra dimensión, para mí sos mi amigo, gracias por escucharme siempre tan transparente. ¡SALUD!.
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